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miércoles, 12 de abril de 2017

Destinados al Mismo Camino, Capítulo 28:

----Narra Rubén----
Después del gran almuerzo por el cumpleaños de Nuria, me senté en el escalón del porche con un suspiro, esperando tener un momento de intimidad, pero en apenas cinco segundos me vi rodeado por los chicos.
Lucas: Se supone que el solitario es Javier, a ti te corresponde pastelito-se burló.
Javier: No eres gracioso.
Rubén: Podría ser solitario si me dejarais estar un rato solo.
Dani: ¿Mal de amores?
Rubén: Es probable.
Jesús: Es imposible que podamos ayudarte si no te dejas.
Rubén: Tal vez no quiera ayuda.
Jesús: Y así te va.
Javier: ¿Qué es lo que pasa?
Rubén: Estoy estancado en mi vida amorosa y mi hermanito cree que es Cupido o algo así.
Jesús: Y tú idiota.
David: Si vuelvo a oíros insultaros, os la vais a cargar.
Rubén: Ya no somos niños.
David: Pero yo sigo siendo vuestro padre.
Blas: Nunca pensé que le oiríamos tan serio.
Álvaro: Yo tampoco-se rió.
David: ¿Alguien puede contarme qué es lo que le pasa a mi hijo mayor?
Lucas: Somos incapaces de sacarle nada.
Rubén: Es una tontería.
Carlos: Nosotros no nos preocupamos por tonterías, siempre que lo hacemos es por algo serio.
Suspiré y me pasé una mano por el pelo, estaba claro que hasta que no les contara algo no me dejarían tranquilo.
Rubén: Es por Marta.
Dani: ¿Tu ex?
Rubén: En realidad nunca lo dejamos-me encogí de hombros-. Discutimos por algo en lo que no coincidimos y no hemos vuelto a ser los mismos del principio... Es como si estuviésemos por el simple hecho de estar.
David: ¿Te ha dicho ella algo al respecto?
Rubén: No, pero eso no quiere decir que no piense.
Dani P: Hay que tener cuidado cuando las mujeres piensan.
Carlos: Y con lo que piensan-rió.
Javier: ¿Qué os pasó?
Rubén: Me asusté, ella quería dar un paso más formal para nuestra relación y salí huyendo.
Lucas: ¿Qué te pidió?
Puse una mueca y desvié la mirada, no quería decir aquello, era demasiado vergonzoso para mi orgullo.
Carlos: Visita a los padres.
Le miré con los ojos muy abiertos, había dado en el clavo y no parecía burlón.
Carlos: Me pasó exactamente lo mismo-se sentó a mi lado-. Era un mundo para mí el tener que hablar con los suegros, el dejar que nos conozcan es como exponer tus defectos porque nunca vas a ser lo suficientemente bueno para su niña.
Rubén: Es como dejarles ponerle cara a todo lo malo que le ocurra aunque no tengas nada que ver.
Carlos: Es la prueba de fuego en su confianza, yo fallé estrepitosamente.
Rubén: He creado un abismo entre los dos y no sé cómo arreglarlo.
Carlos: Sólo hay una solución, hazme caso, no se va a arreglar solo ni ella va a pedírtelo de nuevo.
Rubén: Soy demasiado cagón para eso.
Javier: Entonces acabarás perdiéndola, se cansará de esperar a que des el paso y se irá en busca de alguien más que se lo dé sin pensarlo dos veces.
Álvaro: Los solitarios están hoy de lo más filósofos-se burló haciéndonos reír.
David: Ahora en serio, piensa bien si ella es a quien quieres en tu futuro y haz algo antes de que sea tarde.
Mireya: ¡Nuria, Marta está en la puerta!
Jesús: Las segundas oportunidades existen-me dio un codazo.
Y no me lo pensé, me levanté como un resorte y entré a la casa.
Nuria y Marta hablaban en la entrada de la casa, por lo que me quedé rezagado a esperar a que terminaran antes de ir hacia ellas.
Rubén: Hola.
Nuria: Voy para afuera, gracias por tu regalo, Marta-le dio un abrazo y fue hacia el porche.
Marta: He venido a traerle su regalo.
Rubén: Lo siento.
Marta: ¿Por qué?-Me miró sorprendida.
Rubén: Por ser un cobarde, me asusté cuando dijiste que podría conocer a tus padres-bajé la mirada-. Me dio miedo que no les gustara para ti.
Marta: A quien tienes que gustarle es a mí.
Rubén: Te quiero, Marta.
Marta: Yo también te quiero, pero...
Rubén: Estamos encajonados.
Marta: Sí-suspiró.
Rubén: Hay una forma de salir de ese cajón en el que nos he metido.
Marta: ¿Cuál?
Rubén: Es una prueba, si después no sales corriendo, estoy seguro de que estaremos juntos para siempre.
Marta: Siempre es mucho tiempo.
Rubén: Para estar contigo nunca es demasiado-tomé su mano con la mía-. Ven conmigo.
Marta: No estoy invitada.
Rubén: Al ser mi novia tienes el deber de ir a donde yo vaya.
Marta: Pero es muy precipitado.
Rubén: En esta familia las noticias vuelan como la pólvora, ya todos deben saber que hemos hablado y que es probable que vuelva a salir contigo.
Marta: Estoy muy nerviosa y no voy arreglada.
Rubén: Solo tenemos una norma: si haces feliz a uno de los miembros de nuestra familia eres totalmente bienvenida-acaricié una de sus mejillas-. Así que bienvenida a mi loca y gran familia.
La acerqué a mi por la nuca y la besé. Al separarme de ella, le sonreí y tiré de su mano en dirección al jardín trasero de la casa de Blas y Mireya. Marta estaba muy cohibida y me daba la sensación de que quería esconderse detrás de mí. Una vez en el jardín llamé la atención de todos los presentes, nada más y nada menos que de veinte personas.
Rubén: Familia quiero presentaros a Marta, mi novia.
Mi chica se sonrojó violentamente mientras mis tíos y primos la saludaban.
David: Bienvenida a la familia, encantado de conocerte-le sonrió.
Mayte: Por fin una nena-la abrazó-. Espero que pases por casa y podamos hablar, eres muy bienvenida a nuestras reuniones de chicas.
Rubén: Mamá, no la atosigues.
Mayte: Ese es el menor de tus problemas, cariño, mejor preocúpate de que no te avergüence delante de ella-le guiñó un ojo a Marta, haciéndola reír.
Rubén: ¡Mamá!
Y mi madre volvió a abrazarla murmurando lo muy feliz que estaba de tener una chica en casa por fin.
----Narra Javier----
Después de lo ocurrido entre Rubén y Marta en el cumpleaños de Nuria no pude dejar de darle vueltas a lo que mi padre había dicho, me parecía a él más de lo que creía...
Aunque tal vez a mí me ocurriera lo que a David, no quería reconocer que me había enamorado de Noa.
Necesitaba consejo, pero en ese momento el único que se encontraba en el estudio de grabación era Blas, así que me guardé la vergüenza en el bolsillo y fui hacia él.
Blas: ¿Ya te vas?
Javier: Aún no, tengo que ver algunas cosas con Magí.
Al final conseguí trabajo con el nuevo mánager de Auryn, era prácticamente un becario, pero lo que me pagaban me daba para pagarme la carrera de música, que era lo que más me gustaba.
Blas: Yo casi me voy, pero si quieres te espero y te dejo en casa.
Javier: Te lo agradecería-reí-. Además, me gustaría pedirte consejo.
Blas: Claro, ¿es sobre música?
Javier: Sobre chicas.
Blas: Has estado dándole vueltas a lo que dijo tu padre el otro día, ¿me equivoco?
Javier: Para nada... No le he dicho nada porque en realidad a mí me pasa más como a David, no he querido reconocer que estaba enamorado hasta ahora y no sé qué paso seguir.
Blas: Si no recuerdo mal, él besó a Mayte para asegurarse de lo que sentía.
Javier: Yo ya la he besado.
Blas: ¿Después de reconocer tus sentimientos?-Negué con la cabeza-. ¿Por qué no pruebas a hablar con ella? Si siente lo mismo por ti que tú por ella volveréis a estar juntos.
Javier: ¿Sabes sobre quién hablo?
Blas: Las chicas no han dejado de decir lo tonto que has sido al dejar a Noa.
Javier: Esta familia es tan famosa por los cotilleos como por lo grande que es.
Él rió y me hizo una seña, me giré y vi pasar a Noa por la puerta.
Me despedí de él rápidamente y corrí por el pasillo para poder llegar hasta ella antes de que se fuera.
Javier: ¡Noa!
Ella se detuvo y se giró a mirarme extrañada.
Noa: ¿Ya no quieres evitarme?
Javier: Tengo que hablar contigo.
Noa: Y yo mucha prisa.
Javier: Por favor, voy a intentar quitarte el menor tiempo posible.
Noa: Está bien-suspiró.
Entramos a uno de los despachos y cerré la puerta para tener más intimidad.
Noa: ¿Qué necesitas?
Javier: A ti.
Noa: ¿Cómo?
Javier: No te dejé porque no consiguiera sentir nada por ti, sino todo lo contrario.
Noa: Espera un momento porque creo que no estoy entendiendo nada-soltó lo que tenía en las manos sobre el escritorio y se echó el pelo hacia atrás-. ¿Qué estás queriendo decirme?
Javier: Hasta que descubrí que la música era a lo que quiero dedicarme y que es lo que realmente me gusta pensaba que mi existencia era nula, que simplemente no servía para nada-puse una mueca-. Quizás mi existencia no tenga mucha importancia pero he descubierto que encontrar lo que me gusta sin poderlo compartir con alguien no tiene sentido.
Noa: Tienes una familia enorme y amigos con los que compartir lo que quieras.
Javier: El problema está en que solo quiero compartirlo contigo.
Noa: ¿Por qué?-Se abrazó a sí misma.
Javier: Por el simple hecho de que estoy enamorado de ti-le acaricié una de las mejillas-. No sé expresar demasiado bien mis sentimientos pero no quiero negar más lo que siento por ti.
Noa: ¿Por qué has tardado tanto?-Me miró emocionada.
Javier: Soy un troglodita, ¿recuerdas?-La rodeé con mis brazos-. Te quiero, Noa.
Noa: Yo también te quiero, mi troglodita-se puso de puntillas para rodearme el cuello.
Sonreí y bajé la cabeza para besarla, pero alguien abrió la puerta y nos interrumpió.
Magí: Os veo entretenidos-se echó en el marco de la puerta con los brazos cruzados.
Noa: Puedo explicarlo, además que solo estábamos abrazados-me soltó y se acercó a su tío.
Magí: Uno, estabais encerrados en mi despacho; dos, eso era más que un simple abrazo y tres, prefiero que me lo explique él-me señaló.
Javier: Soy tu becario, el hijo de Carlos Pérez Marco, un chico al que le cuesta abrirse con los demás y puede que demasiado poco comparado con lo que Noa se merece, pero lo que siento por tu sobrina es algo serio y sincero-di un paso adelante y abracé a mi chica que me miraba asombrada-. Pensaba hablar contigo y con tu hermana y llevarla a conocer a mi loca familia.
Magí: Justo lo que quería oír-sonrió-. Tomaros la tarde libre, anda.
Agradecimos y salimos del estudio dados de las manos hasta detenernos en un parque cercano y nos sentamos a la sombra de un árbol.
Noa: Si estamos saliendo formalmente esta vez, quiere decir que tendré un mote ¿no?
Javier: ¿Cómo sabes eso?-La miré curioso.
Noa: Hice que Nuria y Lucía me lo explicaran después de que se pusieran a hablar sobre peques y pastelitos delante de mí.
Javier: Están obsesionadas con que sigamos usando los sobrenombres que se pusieron nuestros padres cuando se hicieron novios.
Noa: ¿De verdad nos toca solitarios?
Javier: Podemos usar los nuestros propios-la abracé por la espalda.
Noa: ¿Quieres que te llame troglodita delante de toda tu familia?
Javier: Preferiría que fueras más cariñosa, enana.
Noa: ¿Voy a ser enana?
Javier: Pequeña está usado, así que es eso o chiquitina.
Noa: ¿Por qué tiene que ser en relación con mi estatura?-Se giró a mirarme.
Javier: Es obvio-reí y ella me dio un golpe en el hombro-. Auch, bruta.
Noa: ¿Te molestaría que te dijera gordo, gordi o gordito?
Javier: No vivo acomplejado con mi cuerpo, eso es para vosotras.
Noa: Eres un payaso.
Javier: Error, el graciosillo es Lucas.
Noa: Me va a costar horrores aprenderme cómo os llamáis en vuestra familia.
Javier: Lucía es la única que nos llama por motes, los demás solemos hacerlo por nuestros nombres-le di un beso en la mejilla-. Acepto que me llames como mejor te parezca.
Noa: ¿Y eso por qué?-Me miró curiosa.
Javier: Porque eres mi chica.
Y la besé. Noa sonrió y se volvió para poderme devolver el beso.
El solitario había aprendido la lección y ya no quería estar por su cuenta nunca más.
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Bueno, teniendo en cuenta que estoy escribiendo desde el teléfono, que haya tardado más es cosa normal...
Siento el retraso muchísimo, pero estoy acabando mi FP y no me da la vida con el trabajo de por las tardes.
Os estaréis dando cuenta de que cada vez quedan menos capítulos para el final, pero hay sorpresa: ¡cada pareja tendrá también su final! Así que no es un final inmediato.
Espero que os haya gustado y no tardar tanto para el siguiente. Gracias por estar aún por aquí. Besos!!