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domingo, 22 de octubre de 2017

Extra 1: De mudanza con la nena

Nuria: Papá, ¿puedes ayudarme con…?
Me quedé parada en el quicio de la puerta al ver a mi padre sentado en el sofá con un álbum de fotos abierto en el regazo.
Nuria: ¿Recordando viejos tiempos?
Blas: Más bien reviviendo recuerdos.
Nuria: Te noto muy nostálgico.
Blas: Y no es para menos, mi niña se va de casa con su novio.
Nuria: Papá, ya hemos tenido esta conversación…
Blas: Lo sé y estoy de acuerdo con que vueles del nido y empieces a vivir tu vida por tu cuenta y con tu pareja, pero siempre vas a ser mi nenita.
Nuria: Y no voy a dejar de serlo, además, me mudo a veinte minutos y podrás ir a visitarme cuando quieras.
Mireya: No le digas eso o Lucas va a tener que poner una habitación para él en el apartamento-se rió-. Ya hemos terminado de meter las cajas al coche.
Nuria: Gracias, mamá-le sonreí y me volví hacia mi padre-. ¿Me acompañas al apartamento?
Blas: Claro que sí-me sonrió.
Al final fuimos los cuatro en el coche de mi padre hasta mi nuevo hogar. Lucas se quedó bastante sorprendido y no fue para menos, mi padre comprobó hasta el último detalle, insistiendo en que la seguridad era muy importante.
Alejandra: ¿Yo puedo quedarme aquí también?-Frunció el ceño.
Mireya: Alejandra, cariño, esta es la casa de Lucas y Nuria, no puedes quedarte con ellos.
Lucas: Alguna que otra vez podrás dormir con tu hermana-le sonrió.
Alejandra: ¿Hoy?-Abrió los ojos muchísimo.
Nuria: Hoy no puede ser, enana, tenemos que guardar mis cosas.
Alejandra: Yo puedo ayudar.
Nuria: Otro día-le revolví el pelo.
Ella se enfurruñó y se cruzó de brazos, claramente disgustada con la idea de no quedarse con nosotros.
Mis padres nos ayudaron a meter todas las cajas y las maletas en el apartamento antes de decidir despedirse para volver a casa.
Mireya: La convivencia, en ciertos momentos, puede llegar a ser complicada, pero con amor y un poco de paciencia y comprensión se puede sobrellevar. Trataros con respeto y quereros mucho.
Nuria: Gracias, mamá-la abracé-. Os quiero mucho y prometo ir a visitaros mucho.
Mireya: No te preocupes por nosotros, si no puedes, avisaremos antes de pasar por aquí-me acarició la mejilla.
Le di un beso en la mejilla, abracé a mi hermanita mosqueada de diez años y por último a mi padre.
Blas: Si ocurre cualquier cosa o necesitas lo que sea, no dudes en llamarme.
Nuria: No te preocupes, papá, estaremos bien.
Blas: Lo sé, Lucas va a cuidarte como mereces, pero me entristece perder a mi nenita.
Nuria: No vas a perderme, siempre serás el hombre de mi vida, el primero.
Blas: Te quiero cielo.
Nuria: Y yo a ti, papá.
Sonreí emocionada y le abracé. Los despedimos en la puerta y cerramos cuando se encerraron en el ascensor.
Lucas: Bienvenida a su castillo, princesa-hizo una ridícula reverencia que me hizo reír.
Nuria: La princesa es tu hermana, recuérdalo si no quieres que te vuelva a reñir y darte una clase sobre los motes de cada uno.
Lucas: Tienes razón-me dio un beso-. Ven, vamos a organizar tus cosas, ya te he hecho sitio en el armario y en el baño.
Nuria: Estás hecho todo un caballero.
Lucas: Lo mejor para mi chica-me guiñó-. Bienvenida a nuestro hogar.

Sonreí y le abracé antes de besarle. Nuestro hogar, me daba muchísimo vértigo el cambio tan grande que suponía compartir cada hora con Lucas en un nuevo lugar solo para nosotros, pero era un ansia bueno, sabía que nos queríamos y que nos respetábamos, la convivencia sería sencilla y los problemas que pudieran surgir se arreglarían solos.

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Y aquí está el primero, espero que os haya gustado y queráis el próximo. Besos.

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